Con el diario puedo hacerle seguimiento a mis sueños, a mis proyectos y al tenerlos registrados puedo tener la distancia necesaria para evaluarlos constantemente y modificar lo necesario. También, puedo hacer lista de tareas y de cosas pendientes.
Voy a mostrar una serie de agendas que he estado llevando a manera de diario, y podrán observar que comencé con aspectos muy simples como registros, y notarán también, cómo se fueron transformando en escritos cada vez más complejos.
Se puede observar en esta imagen, que mis primeros intentos de registro, se concentraban en hechos y compromisos que me resultaban importantes; no era tan consecuente, ya que a mitad de año dejaba de escribir.
En la agenda del año 2004 comienzan a aparecer pensamientos, sentimientos y en el ejemplo que tomé: preocupaciones. Aquí comenzó el registro a ser más personal, sin abandonar hechos y compromisos. Pero al año siguiente volví sólo a registrar éstos últimos. En el 2007 reaparece la necesidad de registrar algo más que citas y descubro lo cómodo que me resultó este formato.
En el 2008, la necesidad es apremiante y decido registrar hechos y compromisos con un color y pensamientos y sentimientos con otro, y como escribí, escribí y escribí, al año siguiente (2009) pasé a un formato más grande: un día por página, pero volví a los más estructurados (2010), debido a un regalo que me hicieron y que me gustó muchísimo.
En el 2008, la necesidad es apremiante y decido registrar hechos y compromisos con un color y pensamientos y sentimientos con otro, y como escribí, escribí y escribí, al año siguiente (2009) pasé a un formato más grande: un día por página, pero volví a los más estructurados (2010), debido a un regalo que me hicieron y que me gustó muchísimo.
Como ven, comencé escribiendo poco y ahora llevo dos simultáneos, bueno tres, porque mi cuaderno de calcomanías lo trabajo constantemente.
¡Anímate!