Fotografía de Ramses Domínguez (2011) |
Observarse puede ayudarnos a hacer consciente nuestros procesos internos (positivos o negativos), de hecho se usa mucho en la terapia psicológica como procedimiento de intervención. Y para que sea efectiva hay que seguir ciertas reglas:
- Se debe definir qué conducta (pensamiento, emoción o acción) es la que se observa.
- Se debe llevar un registro de la(s) conducta(s) observada(s).
- No debemos "autocondenarnos" o "autoflajelarnos" en el proceso de autoobservación.
- Tampoco debemos justificarnos, ni echarle la culpa a otras personas o circunstancias de nuestros errores y fracasos.
- La autoobservación debe ser lo más objetivo posible, lo que nos lleva al siguiente punto,
- Debe ser absoluta y totalmente honesta, aunque descubramos aspectos que nos desagraden de nosotros mismos, sino, el ejercicio lejos de ayudarnos a autoconocernos, puede causarnos un daño terrible.
El primer paso para cambiar (mejorar) es reconocer quiénes somos y cómo nos compartamos.
Somos humanos, tenemos la capacidad de tomar decisiones y cambiar mucho de nuestro comportamiento con consciencia (darse cuenta), perseverancia y paciencia. Los caminos del autoconocimiento son muy personales, así que cada uno de nosotros tomará su rumbo para ello. ¿Te atreves tú?
Buena sugerencia! Desde la PNL Neurointegrativa, es importante captar la estrategia usada para desplegar una conducta, manifestación de las creencias y valores. Estas estrategias se manifiestan en cadenas de eventos P.E.S.A. (pensamiento, emoción, sentimiento y acción, según el Modelo NeuroCodex) y en las modalidades sensoriales del modelo VAKOG (visual, auditivo, kinestésico-cinestésico, olfativo o gustativo). Y observalos desde la mindfulness (atención plena del presente, según la Psicología Positiva).
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